14.11.09

Trinchera Digital, un gran blog

Como ya os habréis dado cuenta suelo leer el periódico Público (entre otros muchos), y leyendo los artículos de opinión me topé con el blog del periodista gallego Manuel Rico, el cuál me sorprendió gratamente y desde entonces soy asidua a sus textos. En lugar de definir sus textos nada mejor que leerlo por uno mismo, así que dejo un par a continuación:

¡No traten a los ciudadanos como si fueran imbéciles! - Por Manuel Rico:

Se atribuye a Benjamin Disraeli la idea de que hay tres tipos de falsedades: “mentiras, malditas mentiras y estadísticas”. Una atribución errónea, por cierto, aunque lo importante es lo que dicha sentencia pretende denunciar: que debemos estar atentos al poder de persuasión de los números.

Claro que para que las estadísticas ejerzan su taumaturgia, es imprescindible que tengan apariencia de verosimilitud. Un político puede destacar que en España hay casi cuatro millones de parados y otro puede insistir en que la población activa roza los 20 millones de personas. Pero sería ridículo encontrarse a alguien proclamando que el desempleo alcanza a 15 millones, ya que casi todos los ciudadanos detectarían de forma inmediata una mentira tan inmensa.

Pues bien, los principales dirigentes del PP han decidido poner en práctica este comportamiento disparatado para montar su novísima teoría de la persecución. Rajoy podría haberse inventado que, desde 2004, sólo han sido condenados diez cargos del partido. Aunque sea mentira, dos por año suena creíble y no es mucho. Pero no, va el tipo y afirma que no ha sido sentenciado “ni un solo militante del PP”. ¡Ni uno en cinco años!

Y lo mismo ocurre con Soraya Sáenz de Santamaría, quien quizá podría haber declarado que el 36% de los detenidos de su partido quedan luego en libertad sin cargos. Aunque sea mentira, es un porcentaje que suena creíble y parece bastante alto. Pero no, va ella y sitúa el listón en el 90%. ¡Casi todos injustamente detenidos!

El uso de mentiras gigantescas es condenable, pero lo verdaderamente terrible es que algunos políticos traten a los ciudadanos como si fueran imbéciles.


El político que era incapaz de improvisar - Por Manuel Rico:

La derecha política y mediática –incluido algún compañero de viaje a la deriva– está empeñada en convencer a los ciudadanos de que Zapatero es un señor que improvisa. Quizá. Pero este asunto requiere, en todo caso, alguna precisión.

Primero habría que decidir si improvisar es siempre malo. Por ejemplo, Aznar era un señor que no improvisaba ni pizca a la hora de diseñar un futuro para su yerno, embarcar al país en guerras ilegales o mentir sobre la matanza del 11-M. He aquí, por tanto, una primera conclusión: las formas tienen su importancia, pero la esencia está en el contenido. Entre un previsor compulsivo que miente tranquilamente ante 192 cadáveres aún calientes y un improvisador que al final aprueba una ayuda para los parados que no tienen ingresos, seguro que la mayoría se queda con el segundo.

Y luego está el tema de las condiciones necesarias para la improvisación. Actividad para la que no vale cualquiera. Por ejemplo, Mariano Rajoy está metafísicamente incapacitado para improvisar, ya que no puede incurrir en esta práctica quien jamás ha presentado una idea original y limita su discurso a contestar no a todo. Una roca, un sillón, un contestador automático o un político mudo fumándose un puro no pueden improvisar. Es contrario a su naturaleza.


Si os han gustado podéis leer más en el blog Trinchera Digital

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