¡Manias!

¿Quién no tiene alguna manía?

Yo no soporto que la gente se me acerque demasiado, en este país somos muy dado a ello. Cuando alguien te habla muchas veces tienes que esquivar los perdigones que lanzan al hablar, y si no esta demasiado cerca (estaría bien 1 metro) puedes evitar que te caiga en la cara.

El tacto. ¿Por qué la gente tiende a tocarte mientras te habla? Sin que poses tu mano en mi brazo puedo entenderte igual, no vas a darle más efusividad a tus palabras así, y como me toques la pierna.... ya la hemos liado. Muchas veces me han repetido que tengo un problema con el tacto, que soy poco cariñosa, doy pocos abrazos, etc. pero es que se requiere confianza para eso...

Mascar chicle. Es odioso mascar chicle abriendo la boca como si fueras un camello, o bien, como si mascaras tabaco, da la sensación de que se va a salir la mandíbula.

La sopa. Sorber la sopa de una cuchara es algo que me irrita muchísimo. Es decir, que pasa, ¿no te cabe la cuchara en la boca? Sólo faltaba ya echar la boca al plato, total...

La servilleta. Si, esa que muchas veces no se sabe ni para que sirve. Tan odioso como la sopa es no limpiarse la boca antes de beber, es cuando ves el vaso de la persona de enfrente pringado de comida y piensas "la próxima vez que bebas va a saber a patata frita, a chuletón y a vino".

El café, templado. ¿Cuantas veces has pedido un café templado y casi se deshace tu lengua? Repites y repites, templado por favor.... ¿y casi una una fisión nuclear en tu boca?


Otro día más...